divendres, 10 d’agost del 2018

Dia 4. Ica y Oasis de Huacachina

7 de Agosto de 2018.

Buenas a todos, ante todo pedir disculpas por la falta de noticias, pero este viaje está siendo bastante complejo a nivel logístico y no nos es fácil encontrar un rato cada día para ir actualizando.

Una vez dicho esto, pasemos a lo que interesa.

Nos hemos levantado temprano y hemos vuelto a ir a desayunar al Hotel con el mismo nombre que el hostal. Hemos hecho el check-out en el hotel (en el hostal no se podía pagar con tarjeta, pero en el hotel si) y con todos nuestros bártulos nos hemos ido hacia la estación de "Cruz del Sur" de Paracas.

Allí lo primero que hemos hecho ha sido cambiar los billetes de la noche (autobús Ica-Nazca) porque los que reservamos por internet salen muy tarde y llegan muy tarde a Nazca. No hemos tenido ningún problema y ahora saldremos y llegaremos a unas horas más razonables. (Hay que decir que aquí todo el mundo madruga mucho y se va la cama muy pronto... hasta yo!!!).

Tras eso sólo nos ha quedado esperar a la llegada del bus hacia Ica. A dónde hemos llegado sobre las 12:30. Dato importante, en la estación de "Cruz del Sur" te guardan las maletas hasta que sea el momento de hacer el check-in.

Ica es una ciudad que se describe con dos palabras: Caos y motocarros. Hay cientos y miles de estas motos "tuneadas" que funcionan como taxis y furgonetas. Hemos callejeado un poco por el centro y hemos entrado en un restaurante "de menús". Por 10 soles una sopa de res y un palto principal (lomo saltado, bisteck o ají de gallina). Pero lo mejor ha sido encontrarnos con José y Mercedes. El es barcelonés, independentista y del barrio de Sant Martí de Provenzals, ella es de Ica y aunque eran mayores tenían las ideas muy claras. Fue un placer compartir la comida con ellos.





Después de comer nos fuimos al museo regional de Ica, donde pudimos ver una bonita colección de objetos y artefactos de todas las culturas que habitaron esta zona: Paracas, Ica, Nazca e Inca. Lo más espectacular eran las cerámicas, preciosas y muy bien decoradas; y los diferentes objetos textiles: huncus, hondas, cintas y bolsas.



Una vez algo más culturizados, cogimos un taxi y nos fuimos al oasis de Huacachina, a unos 5 km de Ica. El oasis se creó porque agua subterráneas emergieron en mitad del desierto, creando ese punto verde en medio de las dunas que rodean Ica. Durante algunos años fue un lugar de descanso y balneario para la "gente pudiente" de todo Perú. Ahora está algo más masificado por la llegada de turistas. En el oasis, tras pasear por el malecón y dar la vuelta a la laguna, que por cierto tiene leyenda propia, nos fuimos a buscar una empresa para que nos llevasen en "tubular" (un buggy) a dar una vuelta por las dunas...





Pero primero la leyenda: Huacca-China, significa "la que hace llorar" en Quechua, y dicen los ancianos que hace muchos años en estas tierras había una hermosa joven que vivía en estas tierras y tenía ese nombre. Una noche, mientras se acicalaba mirándose en un espejo, un cazador la sorprendió y trató de atraparla, pero ella le vio por el espejo y empezó a huir. Huyó y huyó y el espejó se le cayó, y de los fragmentos del espejo se formó la laguna. Y corrió y corrió y su vestido se enganchó en unas zarzas y de las telas de su vestido se formaron las dunas. Pero el cazador la seguía persiguiendo, porque ella era hermosa.... así que ella se metió en la laguna, y se convirtió en sirena. Y allí sigue, viviendo en la laguna. Por eso los nativos, recomiendan que no se bañe ningún hombre en la laguna de Huacachina, porque la sirena todavía está enfadada con el cazador.

Contratamos una visita con los buggys y como había varias empresas, al final cogimos Pelikan Tours. Y tuvimos mucha suerte porque nuestro conductor, Tom, es un crack. Nos lo pasamos genial, subiendo y bajando dunas, incluso hicimos "sand board" (hay vídeos de Nune deslizándose, chillando y pasándoselo genial) y, finalmente, pudimos ver la puesta de sol desde las dunas.









Volvimos al oasis, nos despedimos de Tom y fuimos a cenar una hamburguesa a un "food truck" que había allí. También tuvimos suerte y William, el cocinero, era muy simpático. Nos explicó que había viajado por Europa y le había encantando la comida española: sobre todo el jamón ibérico. :)

Y para acabar, mientras esperábamos el taxi que nos llevase de vuelta a la estación una niña nos ha oido hablar catalán y se lo ha dicho a sus padres. Así hemos conocido a otra familia mixta, la madre peruana y el padre catalán. Y cada verano, visitan a los abuelos peruanos y van conociendo poco a poco el país.

Nos hemos despedido, hemos cogido el taxi, autobús de las 20:30 y a las 23:00 estábamos en Nazca... pero eso, ya es otro día...

4 comentaris:

  1. Quins paisatges més espectaculars!!!
    Molen infinit les dunes

    Ahhh i per fi heu aconseguit que en Jordi surti a les fotos! Falicidades!!!

    ResponElimina
  2. Si, jajaja, cuesta mucho que Jordi salga en las fotos!! Pero poco a poco lo vamos consiguiendo!! :)

    ResponElimina
  3. Es como las mil y una noches pero con sirenas del desierto! Las fotos de las dunas y sus sombras lo más! Y la que salís los dos mirando el atardecer, pa la pared del comedor ya!

    ResponElimina
  4. Sí, quan pujavem una duna que no havia estat trepitjada era molt bonic!!!!

    Per cert, hi ha un video tirant-me per una duna... quan tinguem una wifi amb condicions el pujarem! xD

    ResponElimina