Sábado 25 de Agosto de 2018
Bueno, bueno... esto ya se acaba. Ayer llegamos sobre las 20:00 al hotel tras nuestra excursión por el centro de Lima. Yo (Pablo) no estoy muy fino de la barriga, sospechamos por la hamburguesa que compramos en Iquitos. Así que hoy toca tomárselo con calma (las varias visitas urgentes al baño así lo requieren) y visitar el barrio donde está el hotel, Barranco.
Lo primero que nos sorprende al salir (después de haber desayunado en la habitación) es una especie de pasacalles en apoyo a una de la candidatas a la alcaldía del barrio. Va la primera montada en la parte de atrás abierta de una ranchera, y detrás lleva un montón de coches con su cartel y lazos con los colores de su partido... incluso tienen una especie de "jingle" que va sonando a todo trapo.
Tras una vuelta urgente al hotel por cuestiones digestivas, seguimos explorando el barrio, hasta que llegamos al centro de la parte bohemia: la plaza principal, la bajada de baños (la ruta que usaban los antiguos pescadores del barrio) y el "puente de los suspiros". Paseamos un rato por la zona y disfrutamos de la multitud de casas de colores, "street art" (grafitis, músicos callejeros, artesanos, etc.) y llegamos hasta la playa de Barranco, desde donde apreciamos la típica estampa limeña de los acantilados sobre el Pacífico.
Tras este paseo toca buscar algún sitio donde comer y nos pasemos por una feria gastronómica que hay en la plaza: anticuchos, costillas, parrilladas y otras delicias nos llaman la atención, pero al final somos cabales y vemos que es mucha comida para el hambre que tenemos (y yo prefiero no forzar mi maltrecho sistema digestivo). Así que al final vamos a un restaurante "chaufa" (un chino, pero en peruano) y mientras Jordi y Edurne comen, yo picoteo un poco de su arroz y sigo bebiendo el líquido con electrolitos que me han vendido en la botica para compensar "lo que voy perdiendo" cada vez que visito el excusado.
Tras la comida nos lo tomamos con calma y poco a poco paseamos hasta volver al hotel, donde gastamos un poco de tiempo descansando, conectados a la wi-fi y jugando con los móviles.
A las 23:00 nos viene a buscar John, el mismo taxista que nos trajo y nos despedimos del hotel, de Lima y de Perú.
Ya en el aeropuerto hacemos un check-in rápido con Air-Canada, dejando las maletas, y volvemos a la zona de espera donde pasamos tantas horas en nuestra odisea para llegar a Iquitos. Cenamos algo en los restaurantes de comida rápida y pasamos el control de seguridad. A las 01:30 empezamos el embarque para el vuelo a Montreal... y empieza el el fin de la aventura.
El avión de Air Canada nos decepciona bastante, a pesar de ser un vuelo de unas 10 h, los asientos son incómodos, están muy juntos y no tienen pantalla... Nos acomodamos como podemos y hacemos lo posible para dormir todo lo que podamos.
Un abrazo!!
